Enero 2025
Pon tu delicia en el SEÑOR, y Él te dará las peticiones de tu corazón (Sal 37:4).
Solo un Hombre en la historia ha calificado para esta promesa. Solo Jesús se deleitó en el Padre con un afecto puro y ardiente en cada momento de su vida en la tierra. Por eso solo a Jesús se le prometen los deseos de su corazón.