Somos cristianos evangélicos, lo que la gente llama popularmente protestantes. Eso quiere decir que entendemos el cristianismo como ha sido entendido históricamente en las grandes Confesiones de Fe y redescubierto en la Reforma del siglo XVI, que se expresa en cinco “solas”. Nuestra fe está basada en la “Sola Escritura”, no en tradiciones o revelaciones humanas. Creemos que la Iglesia tiene que ser reformada por la Palabra de Dios. En ella descubrimos que es por la “Sola Gracia” de Dios que vivimos y tenemos esperanza por la “Sola Fe” en Jesús. Creemos que “Solo Cristo” tiene la respuesta al problema fundamental del ser humano, que es nuestro alejamiento del Autor de la vida. Y para este mal que la Biblia llama pecado, no hay otro remedio que la salvación de Dios en Cristo. Y esta es obra suya, para que nosotros no nos enorgullezcamos, sino que “para Dios sea solo la gloria”.

Creemos que la Biblia es la Palabra de Dios que trae buenas noticias a un mundo perdido. El Evangelio no es resultado de la invención o especulación humana, sino de la revelación de Dios. Por ella entendemos que la sabiduría y el poder de Dios está en Cristo crucificado (1 Corintios 1:18-29). Creemos que por su muerte somos salvos, no porque seamos mejores personas, sino porque el Evangelio es Dios rescatando pecadores como nosotros, por medio de Cristo Jesús. Creemos que la eficacia del Evangelio no depende de “palabras persuasivas de humanas sabiduría”, sino del poder del Espíritu Santo (2:4). Así que, aunque no podemos esperar nada de nosotros, podemos esperar todo de Dios. Por la resurrección de Cristo tenemos la “esperanza viva” (1 Pedro 1:3) de que, así como Él vive, nosotros también viviremos. Y cuando Él vuelva, hará todas las cosas nuevas.

Creemos que el propósito principal de la Iglesia es la predicación del Evangelio. Por eso todas nuestras actividades tienen a Cristo como centro y la Biblia como medio. No pretendemos dar ayuda social como una ONG, ni ser de apoyo psicológico, o mera inspiración moral. Lo que queremos es que las personas conozcan el Evangelio. Y este son “buenas noticias” para cualquier persona, sea cual sea su edad, raza, nacionalidad, condición social y económica, o estado civil. Es por eso que organizamos diferentes actividades para llevar toda la Palabra de Dios a todas las personas.