Los evangelios describen un profundo escepticismo en torno a las palabras y la obra de Jesucristo:

Todo lo que hay en torno a Jesús es capaz de generar controversia. Sobre todo cuando nos acercamos a la fuente histórica de los evangelios vemos que hay siempre un continuo conflicto en torno a él. Y ¿por qué es importante entender que esa controversia empieza ya en la propia vida de Jesús? Pues porque lo que eso nos enseña es que los problemas del ser humano, a pesar de toda su evolución y desarrollo en la ciencia y la tecnología, los problemas del hombre siguen siendo los mismos de aquellos que nos han precedido. El problema de la humanidad que revela y constata la Biblia en la persona de Jesús es el mismo que tenemos ahora. La dificultad para aceptar el remedio y la solución de Dios es, igualmente, la misma dificultad que tenían aquellos contemporáneos de Jesús. Muchas veces pensamos que es por lo sofisticado de nuestro pensamiento que podemos llegar a dudar de Jesús, pero ¡leed los evangelios! ¿Es que acaso aquellos que escuchaban a Jesús consideraron sus evidencias? No es como algunos aseguran que la gente fuese tan crédula en el pasado que se lo creían todo, que venía cualquier persona diciendo que era Dios mismo y ya lo aceptaban. No es que entonces veían señales prodigiosas y ya se creían lo que fuese necesario. ¡Esto no es lo que vemos en las páginas del evangelio! Lo que vemos es un profundo escepticismo en torno a las palabras y la obra de Jesucristo.