Las familias en la Biblia se muestran siempre con todos los rasgos de su disfuncionalidad:

Encontramos a menudo que dentro de la familia nuestros propios hermanos no son el mejor de los ejemplos de armonía y conciliación. La Biblia desde el principio está llena de historias de rivalidades entre hermanos. No sólo lo que pasa con Caín y Abel sino lo que pasa inmediatamente después con Jacob y Esaú y todo lo demás hasta llegar a esta historia de las envidias de los hermanos de José. No podemos evitar notar que el modelo de familia que se presenta en la Biblia es tremendamente realista. Es cierto que entre los evangélicos muchos hablan una y otra vez de los valores de las familias que tienen ellos pero desde luego que cuando se refiere a las familias de la Biblia la realidad es que son bastante disfuncionales. Son familias que dejan mucho que desear. Y esto es claro un consuelo para todos aquellos que no ven a su propia familia como modélica y de alguna forma al ir a la Biblia nos encontramos en buena compañía. Realmente encontramos todo tipo de irregularidades aquí en esta historia de José. Desde el padre que favorece a uno de los hijos por encima de los demás hasta el propio José claro, no lo neguemos, que muestra bastante poca sensibilidad. Qué diremos del odio que sienten todos los hermanos hacia José. Es uno de esos cuadros típicos de Génesis donde no se salva nadie. Ese, sin embargo, es el carácter liberador que tienen las Sagradas Escrituras.